Actualmente en Guatemala el desarrollo comunitario es uno de los retos más
grandes con los que instituciones gubernamentales como no gubernamentales se enfrentan,
la desigualdad se incrementa a pesar de un crecimiento económico reflejado en el Producto
Interno Bruto (PIB) y los indicadores económicos del país1
; se estima que 6 de cada 10
guatemaltecos viven en condiciones de pobreza (ENCOVI, 2019)
El Programa Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) en el informe 2015/2016
sobre el Desarrollo Humano en Guatemala, hace el planteamiento de una interrogante que
podríamos decir es la continuidad de la que se planteo Sen en los 80`s la cual es: ¿Equidad
de qué?
El desarrollo humano propone ir más allá de la expansión de la riqueza y traducir
el progreso en mejorar la calidad de la vida humana en armonía con la sostenibilidad del
planeta. Los orígenes de este enfoque se encuentran en la búsqueda de la equidad y de la
crítica al utilitarismo homogeneizador como fundamento del bienestar. Una sociedad justa
implicará, más allá de la igualdad legal en abstracto, acciones que permitan a los menos
favorecidos la opción de mejorar su calidad de vida.
Ese espacio de equidad, según el enfoque de desarrollo humano, debe construirse
sobre la base de la capacidad humana. Una sociedad, especialmente si cuenta con amplia
diversidad cultural, logrará legitimarse y construir una identidad en la medida en que se
incremente la equidad entre sus miembros. Un ordenamiento social justo buscará la
expansión de ese espacio de equidad. La universalización de capacidades como el acceso
a conocimientos y tecnología, el poder gozar de una buena salud, acceso a información y
comunicaciones, poder vivir sin discriminación o persecución por determinada adscripción
cultural, étnica o de género, permitirá a cada comunidad o persona construir la vida que
considere valiosa, respetando la diversidad de perspectivas y nociones de bienestar.
PNUD (2015/2016)
Al superar el conflicto armado en 1996 y tener un plan de gobierno orientado por
los acuerdos de paz y luego respaldado por los objetivos de desarrollo del milenio,
Guatemala es el único país de América latina que no pudo reducir sus índices de pobreza
en la evaluación realizada a finales del 2015 por el PNUD
La forma en la que se ha venido ralentizando el desarrollo, sobre todo en las áreas
vulnerables rurales, urbanas, y afectando en mayor porcentaje a la población indígena, es
un llamado de atención a todos los sectores que velan y trabajan bajo el eje del desarrollo
humano, si bien los esfuerzos han contribuido a no retroceder, pero tampoco a
desarrollarnos como se tienen planteados los objetivos, es momento de redefinir las
estrategias y buscar nuevas formas de abordar la problemática.
El PNUD conforma un grupo especializado que se basa en estadísticas a nivel
nacional bajo una muestra representativa del país, aun así, el problema de cada comunidad
puede variar según como sea evaluado y por lo mismo es importante conocer cuál es su
condición, que muchos diagnósticos tales como: Diagnósticos clínicos, técnicos, rurales
participativos, etc. Dan unas luces que orientan los procesos; un diagnóstico de capacidades
podrá mostrarnos la radiografía sobre el desarrollo que un grupo de personas está
alcanzando y sus proyecciones.
Conociendo las capacidades cualquier organización sin importar el área de
intervención o especialización que haya desarrollado, podrá participar de forma íntegra y
transversal en el fortalecimiento de las capacidades y del mismo desarrollo. No obstante,
el conocer y manejar estrategias entorno a la capacidad de herencia brindara una
oportunidad de sostenibilidad del mismo desde el principio y como parte vital del proyecto
a ejecutar, entendiendo que la sostenibilidad va más allá del mantenimiento del proyecto,
más bien a la readecuación periódica que el mismo sufra para responder a las necesidades
de la población.